El comienzo de una actividad deportiva, como puede ser el running, está condicionado a una serie de expectativas u objetivos. Mantenerse en forma, perder kilos o alcanzar nuestro mayor grado de bienestar psicológico o físico son algunos de los motivos que empujan a muchas personas a adentrarse en el mundo de las carreras. Pero la gran duda que nos surge es a partir de qué momento se empiezan a apreciar los efectos de correr y de los entrenamientos.
Como es lógico, todo lleva un tiempo y nos exigirá tener paciencia. Hay que tomarse las cosas con calma. No obstante, a corto plazo empezarás a notar como te sientes mejor, en donde cubrir el mismo recorrido se te hará más ligero y físicamente tus piernas serán capaces de soportar más esfuerzos.
En cuestión de unas semanas empezaremos a apreciar a una serie de cambios en nuestro organismo. Entre los progresos que nos esperan están los siguientes:
En los primeros días de entrenamiento no esperes grandes resultados. Lo único que te llevarás para casa son muchas molestias, calambres y agujetas que empezarás a apreciar al día siguiente.
Aquellos que se estén iniciando y que no tengan el hábito de hacer deporte con regularidad deben empezar de cero. Y eso implica empezar a correr alternándolo con caminar a marcha ligera. Lo importante en estas primeras jornadas es no arrojar la toalla y mantener las ganas de volver a entrenar al día siguiente.
Es importante que se mantenga una regularidad, que tengamos la posibilidad de planificar nuestras sesiones preparatorias para obligarnos a salir a correr. Si dejamos que transcurran muchos días entre una salida y otra, lo más probable es probable que abandonemos nuestro propósito antes de lo pensado. Trataremos de hacer el sacrificio de ser constantes y si es preciso disponer de un plan para organizar mejor nuestros entrenamientos. Será una manera muy interesante de evitar las excusas que pueden ir surgiendo, como la falta de ganas, de tiempo o el cansancio.
Otra cosa bien distinta es cuando ya tenemos una cierta base aeróbica. Si venimos de practicar una actividad deportiva con cierta frecuencia el paso al running nos resultará más sencillo. Nuestro estado de forma será más óptimo y las metas que nos fijemos serán más asequibles
En cualquiera de las dos situaciones, ya seamos principiantes o con una cierta experiencia en el mundo del ejercicio, los objetivos a fijarse siempre deben ser realistas. Todo se consigue a base de tiempo y mucho esfuerzo, así que tómate los avances con mucha calma.
Lo primero que detectan los corredores que empiezan a calzarse las zapatillas es una gran sensación de bienestar. Esto es posible gracias a las endorfinas que se liberan con la práctica de ejercicio, también conocidas como hormonas de la felicidad. A ello se le une la dopamina, que se libera también durante un proceso de placer mejorando nuestra capacidad de satisfacción.
Con el tiempo notaremos la progresión y en unos pocos meses podremos disfrutar de salidas de algo más de media hora durante tres o cuatro veces a la semana. El pulso comenzará a mejorar y el recorrido que antes cubríamos en un tiempo ahora lo podremos realizar en menos minutos y con menor exigencia. Ya dejaremos atrás esa incómoda sensación que experimentamos cuando nos iniciamos al correr y que parece que nos falta el oxígeno.
Aunque no es lo más habitual entre los atletas aficionados, nunca estaría de más acompañarse de un pulsómetro para planificar los entrenamientos en función de las pulsaciones y controlar la frecuencia cardiaca.
Hay otras variaciones que son más visibles, como la pérdida de peso y grasa. En cualquier caso, esto estará condicionado a una serie de factores como el metabolismo o la alimentación. Todo esto se apreciará con apenas un mes corriendo.
Para complementar el trabajo físico siempre se pueden incorporar a nuestra rutina otras disciplinas deportivas o el trabajo de fuerza, sobre todo para tonificar músculos, prevenir lesiones y mejorar el rendimiento en el asfalto.
El margen de mejora de cualquier persona cuando se inicia en una disciplina es muy amplio. Pero ahí entra en juego el espíritu de superación de cada uno, de no conformarse con lo que ya tiene e intentar ir a más. Esa es una de las claves para conseguir nuestro propósito de adelgazar, mejorar nuestro estado de forma o simplemente liberarnos de la tensión.
Con el tiempo te atreverás a incluir en sus rutinas las series, los entrenamientos por intervalos o de resistencia, que se prolongan por ejemplo hasta las dos horas. Llegado a ese punto, ya puedes considerarte todo un experto.
Es complicado fijar una fecha para empezar a disfrutar de los beneficios del running. Básicamente porque entran en juego una serie de variables que resultan claves en este proceso.
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